Desde la administración de Javier Milei creen que puede ser un punto de encuentro con los sindicatos, con los cuales mantiene una mala relación.
El Gobierno tiene en mente proponerle a los gordos de la Confederación General del Trabajo (CGT) la conformación de sindicatos capitalistas. La idea es que ser conviertan o coparticiparlos en accionistas de los futuros fondos de inversión alimentados con dinero proveniente de los aportes voluntarios del Fondo de Cese Laboral o más conocidos como Fondo de Despido.
La iniciativa se da en tiempos en los que la CGT y el Gobierno tienen una mala relación. De todos modos, con esta propuesta se cree que se pueden concretar los puentes sólidos que se presentan de ambas partes y que las negociaciones pueden llegar a buen puerto.
En ese sentido, la creación de dinero y su administración en una sociedad puede ser productiva para las dos partes, y también para los empresarios. Esa idea nació en el Ministerio de Desregulación y Transformación del Estado, comandado por Federico Sturzenegger.
Con esta medida, se apunta a que la relación con los sindicatos cambie por completo. A su vez, se daría una solución a un problema que mantienen los privados desde hace décadas, que tiene que ver con cómo solventar un sistema de despidos que representa un costo altísimo, por lo que termina siendo uno de los factores a considerar a la hora de evaluar una contratación en relación de dependencia.
A través del Fondo de Despido de la ley de Bases II la ideas es replicar la experiencia -en primera instancia- exitosa de la Unión Obrera de la Construcción (Uocra) y la Cámara Argentina de la Construcción (Comarco). El mismo reemplaza la indemnización por antigüedad y es financiado con aportes mensuales del empleador.
Se trata de un 12% durante el primer al en de la relación laboral y del 8% a partir del segundo año. Cuando termina la obra o es despedido, el empleado puede retirar ese fondo.