El sector que no recibió ningún incentivo es el elegido para las inversiones, aún con retenciones.
La implementación del Régimen de Incentivo de las Grandes Inversiones (RIGI) llegó de la mano del Gobierno con la promesa de una fuerte inyección de dólares. Sin embargo, seis emprendimientos mineros se inscribieron en el programa por un monto de 5.074 millones de dólares, un número que se encuentra por debajo a la inversión hecha todos los años en el sector agrícola argentino.
Los proyectos mineros están dedicados mayormente a la industria de la extracción y producción de litio, en Salta, Catamarca y San Juan.
El más importante es el que encabeza el grupo británico Rio Tinto, que busca producir y exportar de cara a 2028 unas 60 mil toneladas anuales de carbono de litio, mediante una inversión de 2.724 millones de dólares.
A su vez, el que le sigue es el de Gualcamayo, por 1.000 millones de dólares. Este se lleva a cabo en San Juan por Minas Argentinas SA, controlada por Aisa Group, que posee varias empresas canadienses. Luego completan las inversiones Sal de Oro, en Salta, con 633 millones; Mariana, en Salta, con 273 millones; Los Azules, en San Juan, con 227 millones; y Hombre Muerto Oeste, en Catamarca, con 217 millones.
Lo cierto es que estos proyectos mineros que se encuentran dentro del RIGI y generarán divisas para los próximos años no superan la inversión de más de 6.000 millones de dólares que hicieron las empresas agrícolas argentinas en la zona núcleo pampeana para sembrar soja y maíz en el ciclo 2024/25.
Si bien la inversión es hecha mayormente por compañías de capitales nacionales en Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba y Entre Ríos, no hay un régimen promocional para el sector que genera la mayor cantidad de divisas en la economía argentina.