viernes, 13 junio 2025

Bettina Bulgheroni le ganó la presidencia del CICyP a Eurnekian y Adelmo Gabbi

Esposa del dueño de PAE, es muy amiga de Karina y persona de confianza de Manzano. Es la primera vez que el núcleo duro del círculo rojo es presidido por una mujer.

En una elección que dejó al descubierto tensiones y realineamientos en el círculo rojo empresarial, Bettina Bulgheroni fue electa presidenta del Consejo Interamericano de Comercio y Producción (CICyP), en lo que constituye un hito sin precedentes: es la primera mujer en asumir ese cargo desde la fundación del organismo en 1941.

La votación, que tuvo lugar este jueves en la sede del CICyP, enfrentó a la empresaria del holding Bulgheroni Group con el influyente Eduardo Eurnekian, titular de Corporación América, y otro candidato de peso: Adelmo Gabbi, histórico presidente de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires. El resultado fue ajustado, pero contundente: Bulgheroni se impuso gracias a un armado silencioso pero efectivo que tejió alianzas entre cámaras industriales, sectores vinculados al agro y empresarios jóvenes con perfil más técnico y aperturista.

La elección se dio en un contexto de tensiones internas por el rumbo del empresariado argentino frente al nuevo ciclo político. Mientras Eurnekian, con su tradicional tono crítico pero conciliador hacia el Gobierno de Javier Milei, buscaba consolidar su influencia, Bulgheroni capitalizó un discurso de renovación, inclusión y apertura internacional, en sintonía con los intereses de inversión extranjera directa y la agenda energética, donde su familia tiene un peso clave.

“Es hora de que el empresariado argentino asuma un rol protagónico y moderno en la transformación del país. No podemos seguir hablando entre nosotros: debemos hablarle al mundo”, dijo Bulgheroni en su primer discurso como presidenta, ante un auditorio repleto en el Hotel Alvear. Junto a ella, en primera fila, se sentaban representantes de cámaras binacionales, diplomáticos europeos y ejecutivos de grandes grupos petroleros.

La caída de Eurnekian, que había sido una figura central en la escena empresarial desde los años noventa, marca un cambio de época. Si bien conserva su influencia, su derrota frente a Bulgheroni —una figura más reservada pero no menos poderosa— evidencia el desgaste de los liderazgos tradicionales en un ecosistema empresarial que busca reposicionarse frente a las nuevas reglas del mercado y la política.

Adelmo Gabbi, por su parte, representaba la continuidad institucional y un perfil más conservador. Su candidatura no logró traccionar fuera de los círculos financieros más ortodoxos.

Con esta elección, el CICyP da una señal clara: apuesta por una figura que representa no solo el capital tradicional argentino, sino también una agenda empresarial internacionalista, más abierta al diálogo con nuevos actores globales. En los pasillos, algunos hablaban de un “giro femenino, pero también geopolítico”, en alusión al rol de la familia Bulgheroni en el entramado energético internacional.

Ahora resta ver cómo Bulgheroni teje su conducción en un espacio marcado por egos fuertes, intereses cruzados y una historia de pesos pesados. Pero si algo dejó claro su asunción, es que el empresariado argentino está en movimiento. Y que, por primera vez en mucho tiempo, ese movimiento tiene una voz de mujer al mando.

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