Hay enojo de parte del funcionario por los “ninguneos” y por ello contradice medidas e incluso a dirigentes importantes del Gobierno.
Desde su asunción como jefe de Gabinete a esta parte, la consideración en Casa Rosada para con Guillermo Francos cambió demasiado y en los distintos despachos ya se percibe el agotamiento que hay con el funcionario, quien apareció en el comienzo de la gestión como uno de los hombres más importantes para Javier Milei.
Francos, que se hizo cargo del puesto tras el despido de Nicolás Posse para oxigenar la cúpula del Gobierno el año pasado, dejó de auditar cada paso administrativo y solo se limitó a coordinar.
Si bien en principio resultaba necesaria su intervención, la secretaria general de Presidencia, Karina Milei, y el asesor presidencial Santiago Caputo ya no están de acuerdo con sus acciones. “No nos sirve más cómo se está manejando”, explicaron a A1.
En el último tiempo, Francos generó malestar con distintas declaraciones cuando contradijo medidas de altos funcionarios. De hecho, el jefe de Gabinete también está enojado por los “ninguneos” que recibió, entre ellos el de Javier Milei que dijo que, sin firma, Santi Caputo estaba por encima suyo.
En este marco, no resulta descabellado que en el largo plazo le busquen una salida elegante a Francos, aunque abriría la puerta a nuevos problema con tres escenarios. Por un lado, el reemplazante es alguien del karinísmo o del santiaguísmo y el Triángulo se desbalancea; por otro, o es una figura testimonial y el cambio resulta neutro; y, por último, o es una figura de peso, pero que responde directamente al Presidente.