El presidente del PRO y el mandatario nacional no aprovechan su buena relación y el peronismo unido puede sacar provecho en Buenos Aires.
En tiempos de posibles alianzas y alejamientos de cara a las elecciones legislativas, el presidente del PRO, Mauricio Macri, no está ajeno a las negociaciones de su partido. En ese sentido, la idea de unirse con La Libertad Avanza (LLA) sobrevuela, pero pese a las advertencias que recibe, su posición terca permanece a lo largo del tiempo.
Es que el miércoles pasado el ingeniero recibió en la sede partidaria a los senadores bonaerenes de su partido, quienes le indicaron que, si no se daba una fusión con los libertarios, el peronismo unido seguramente iba a ganar las elecciones.
Como ejemplo, mencionaron lo ocurrido en 2023 con las elecciones a gobernador en la que Néstor Grindetti (Juntos por el Cambio, 26,61%) y Carolina Píparo (LLA, 24,57%) obtuvieron más votos juntos, pero menos individualmente, que Axel Kicillof, quien pudo reelegir con 10 puntos menos, un 44,94%.
En ese contexto, Macri les dio la derecha con un “tienen razón”, pero no se movió ni un centímetro de su postura: “Pero para eso ellos deberían querer ir con nosotros”.
De esta forma, el peronismo unido, que en medio de las propias internas pareció haber mantenido momentos críticos, encuentra algo de aire. Las impericias de Macri y Milei son claras y, en lugar de ganar terreno en los comicios con su relación, no dejan el ego de lado. El Presidente no le da un lugar en el gobierno al ex mandatario y este último no quiere torcer la mano.