En 2022, el actual funcionario de Milei celebró como un logro personal la inversión de la multinacional en Pilar. Tres años después, la empresa decidió cerrar la fábrica por la apertura importadora del gobierno
El cierre de la planta de Whirlpool en Pilar, que dejó sin trabajo a más de 200, puso en un lugar incómodo a Daniel Scioli. El Secretario de Turismo, Ambiente y Deportes de la Nación fue el artífice político del desembarco de la empresa, un logro que capitalizó durante su gestión como embajador en Brasil durante el mandato de Alberto Fernández.
“Más inversiones brasileñas en Argentina que generarán más producción y trabajo”, posteaba de forma eufórica Scioli en sus redes sociales en 2022. En aquel mensaje, se adjudicaba el mérito de la operación: “En 2020 convencimos a Whirlpool de invertir en Argentina: Hoy el presidente para América Latina, Joao Brega, me confirmó la próxima inauguración de la planta de lavarropas en Pilar”.
La marca de electrodomésticos justificó su salida de la producción local por la falta de competitividad para exportar y por la enorme competencia de productos importados. “La idea es empezar el camino de la transición y organizarnos hacia una operación más comercial que de fabricación”, explicaron desde la compañía.
Este miércoles se le comunicó la decisión a los empleados y comenzó la negociación con el sindicato (Unión Obrera Metalúrgica) sobre el paquete de salida, que incluirá la indemnización correspondiente más un plus. La medida incluyó tanto al personal de producción como a otros sectores vinculados con la operatoria de la planta.








