El Gobierno replicará la estrategia del kirchnerismo frente al swap con china para blindar “nuevo” endeudamiento. Incluirá la operación en la “ley de leyes” para evitar un debate legislativo específico sobre endeudamiento externo
La historia se repite con distintos colores políticos pero idénticas herramientas financieras. Al igual que lo hizo Alberto Fernández con el intercambio de monedas con China, el gobierno de Javier Milei busca incorporar el swap con Estados Unidos dentro del marco de la Ley de Presupuesto 2026. Con esto intenta darle amparo legal a la operación y sortear el filtro del Congreso que exige la aprobación de nueva deuda externa.
Durante la gestión anterior, el swap con China funcionó como un salvavidas que no requirió votación directa en el recinto. Argumentando que se trataba de un acuerdo bilateral técnico entre bancos centrales y no de deuda soberana tradicional, el kirchnerismo utilizó esos fondos —que llegaron a sumar unos US$18.500 millones más ampliaciones— para pagar vencimientos y fortalecer reservas, incluyéndolos implícitamente en las proyecciones presupuestarias anuales para evitar trabas opositoras.
Ahora, la administración libertaria aplica la misma lógica para el acuerdo anunciado en septiembre de 2025 con el Tesoro de los Estados Unidos. Para blindar la operación ante los cuestionamientos de la oposición, el oficialismo incluyó el swap dentro de las autorizaciones globales de endeudamiento del Presupuesto 2026.
De esta forma, al aprobar la “ley de leyes”, los legisladores estarían validando tácitamente el ingreso de los fondos estadounidenses, cerrando la puerta a futuras judicializaciones o planteos de nulidad.








