Sospechas por la velocidad con la que consiguen autorizaciones municipales. Alertan sobre pocos controles de los gobierno provinciales.
En la provincia de Río Negro, la llegada de inversiones de origen árabe desató una fuerte polémica, que tiene que ver con el escaso control y los concentrados vínculos locales. La inyección de dinero se estableció en el sector energético en Vaca Muerta, la infraestructura y el turismo.
Algunos medios locales ya llaman a esta zona como la “Patagonia árabe” y comienzan a identificarse quiénes son los hombres fuertes detrás de estos proyectos. Uno de ellos es el emir catarí Tamim bin Hamad Al Thani, quien compró 10.000 hectáreas cercanas al río Villegas a través del fondo Baguales Acquisitions S.A., en la que participa el tenista Gastón Gaudio.
El ex tenista es socio en rigor del cuñado del emir en otras inversiones. Ese mismo es el que le puso la capa negra a Lionel Messi tras ganar el Mundial de Qatar 2022.
Con la inversión, la empresa ya construye una residencia de lujo para el emir y espera armar tres centrales hidroeléctricas en el arroyo Baguales para consumo propio de electricidad. Para ello, aguarda la aprobación de la Dirección Provincial de Aguas de la Provincia pese a que el Código de Aguas de Río Negro obliga a la provincia a pasar por la Legislatura todo trámite vinculado al uso del agua pública.
Por otro lado, otra línea inversora viene de capitales de Emiratos Árabes y ya tiene presencia en la provincia. Es que cuentan con el aeropuerto privado más grande de la Patagonia, ubicado sobre la Costa Atlántica. Su localización no es casual: está a menos de dos horas de la base de la OTAN en las Islas Malvinas y a 15 km del oleoducto Vaca Muerta Sur que se está construyendo.
Este punto estratégico era la base aérea del empresario Joe Lewis, quien, para sopresa de muchos, sí tuvo que pasar por la Legislatura cuando decidió iniciar la construcción de su represa hidroeléctrica.