El precio de la soja continuó con su derrumbe este lunes y cerró su cotización más baja en casi cuatro años. La tonelada de la oleaginosa en grano se ubicó en los US$381, lo que hace que aumente cada vez más la falta de incentivo para que ingresen divisas ante las retenciones y el dólar oficial enmarcado por el crawling peg.
El valor de la tonelada de la soja cerró en esas cifras debido a que la proyección climática de los Estados Unidos mostraban un mayor optimismo de sus rindes, que obtendrán la cosecha gruesa en el mes de noviembre.
En ese marco, el contrato de soja más activo en la Bolsa de Comercio de Chicago descendió un 1,1% y se colocó en los US$381,03 la tonelada; mientras que el maíz bajó un 0,4% y se ubicó en los US$160,72 la tonelada y el trigo descendió otro 0,5%, a los US$191,43 la tonelada.
Los números en rojo de la soja, clave para la economía argentina porque sirve para otros derivados industriales claves que se exportan tales como las harinas, aceites y residuos, llegaron a un nivel que no se conseguía desde noviembre de 2020.
En lo que va de 2024, el precio de la soja cayó un 23% y regresó a valores en términos reales de 2006, según indicó el economista Salvador Vitelli, de Romano Group.
Desaliento a los productores de soja
Este escenario, con un Gobierno que pidió paciencia al campo para la eliminación de las retenciones y del cepo cambiario, no hace más que desalentar a los productores de desprenderse de sus granos o fijar un precio, debido a que por cada tonelada que exporten ingresarán menos dólares.
Hasta el momento, en las silobolsas hay 24 millones de toneladas de soja, mientras que más de 7 millones de toneladas de oleaginosas ya se entregaron, pero sin precio de fijación. Por eso, el campo posee alrededor de US$13 mil millones.