Fue un pedido explícito de los gobernadores para finalizar obras públicas. El rechazo de la propuesta es porque Caputo no quiere que le copen los créditos disponibles para el país.
A casi un año de gestión, no consiguió vender ninguna compañía. Como un manotazo de ahogado, se desprende de terrenos cotizados por apenas unos pocos millones.