La decisión celebrada por el ministro de Desregulación generó rechazo en distritos que acusan abandono en la infraestructura vial. Funcionarios provinciales advierten que la medida solo agravará el deterioro de caminos y pondrá en riesgo la seguridad
El Gobierno de Javier Milei anunció con bombos y platillos, a través de Federico Sturzenegger, la habilitación para que los bitrenes circulen por todas las rutas del país. El ministro de Desregulación lo presentó como un avance hacia la eficiencia logística, destacando que permitirá “más carga por viaje, menos viajes y menos combustible por tonelada”. Sin embargo, en varias provincias la novedad fue recibida como una provocación, ya que se da en paralelo a la desfinanciación de la obra pública que deterioró fuertemente las rutas.
En Río Negro por ejemplo, el ministro de Obras y Servicios Públicos, Alejandro Echarren, manifestó su enojo. “Está bien achicar costos, pero en la Ruta 22 hoy transitar es un caos. Imaginate con estas rutas cruzarte con dos o tres de estos camiones: es extremadamente peligroso”, dijo en una entrevista con LMCipolletti.
Otra de las voces críticas vino desde la Provincia de Buenos Aires. El ministro de Transporte de Axel Kicillof, Martín Marinucci, también mostró envió un reproche: “Lo que faltaba: camiones con más toneladas en rutas que Nación tiene completamente abandonadas”.
El funcionario bonaerense explicó que el exceso de peso “deteriora la cinta asfáltica, los bitrenes no doblan como un camión convencional y necesitan mayor distancia de frenado. Solo con estos elementos alcanza para dimensionar el peligro que implica esta resolución”. “Es una bomba a punto de estallar”, advirtió Marinucci, quien acusó al Gobierno de priorizar “sus negocios” antes que la seguridad vial y el desarrollo productivo.
Para colmo, en medio de estos reclamos, se dio un hecho curioso en Mendoza. El día posterior al anuncio de Sturzenegger, un reactor HG-D-3501 fabricado por Impsa, con destino a una refinería de YPF, se hizo noticia por quedar varado sobre la Ruta Nacional 40, a la espera de que se refuerce un puente de la Ruta Nacional 7 para que la estructura no ceda. Un episodio algo cómico que chocó con el relato que buscó imponer Casa Rosada con el anuncio.