Este gesto político se dio en un acto encabezado por la Corriente Saúl Ubaldini, fracción dominante de la CGT de Jujuy
En el tramo final de la campaña para las legislativas provinciales en Jujuy, Carlos Sadir cosechó un respaldo inesperado. La CGT local, históricamente alineada con el peronismo, se sumó a la estrategia del gobernador radical para conservar la mayoría en la Legislatura. En un escenario marcado por el desinterés y la fragmentación del voto, el apoyo sindical se vuelve clave para el oficialismo jujeño, que busca retener 18 de las 31 bancas que posee actualmente.
El gesto político se materializó en un acto encabezado por la Corriente Saúl Ubaldini, la fracción dominante de la CGT jujeña, que respaldó públicamente la candidatura de Adriano Morone, cabeza de lista del oficialismo.
El apoyo gremial a un gobernador radical se da en un contexto de un peronismo dividido y debilitado. La intervención del Partido Justicialista local, avalada por Aníbal Fernández y Gustavo Menéndez, no logró evitar la proliferación de listas. Por un lado el Frente Justicialista, con la camporista Leila Chacer a la cabeza. Por el otro, el Frente Somos Más, armado por la senadora Carolina Moisés. La ruptura es tan profunda que sectores peronistas incluso negocian corte de boleta a favor de Sadir.
Esta dinámica le permitió al oficialismo tejer alianzas con intendentes y referentes gremiales que le hubieran sido dificil en otro contexto. Este es el caso del intendente peronista de La Quiaca, Dante Velázquez, quien ahora colabora con la campaña radical.