María Cristina pidió el embargo de las acciones de dos empresas que tenía la familia. Insiste para que José Alberto le pague 12 millones de dólares.
La guerra entre los hermanos María Cristina y José Alberto Zuccardi por la herencia de una de las bodegas más premiadas del mundo sigue sumando capítulos. En ese sentido, la batalla continuó ahora con un pedido de embargo de parte de ella de las acciones de otras dos empresas familiares, ambas constructoras.
A su vez, María exige que se cumpla el fallo de la Suprema Corte de Justicia de Mendoza en el que se sentenció que se le debe pagar 12 millones de dólares por intereses por el reparto de la herencia de su padre, Alberto, quien murió en 2014, aunque dividió sus bienes dos décadas antes de fallecer.
Alberto Victorio Zuccardi y su esposa, Emma Cartellone, tenían la mayor parte del paquete accionario de tres sociedades anónimas: La Agrícola, Cimalco y Cimalco Neuquén, que fueron repartidas en 1992.
Desde entonces, hasta 2018 que se materializó en forma judicial, inició el problema por la distribución, porque, según María, “no fue equitativa”. Ahora, la Justicia aceptó el pedido de embargo a las dos constructoras que posee su hermano. En diálogo con El Cronista, dijo: “José ya no tiene las acciones de La Agrícola: se fue deshaciendo de todos sus bienes; se esconde para no cumplir con la sentencia”.
Respecto de las constructoras, María asegura que José siempre tuvo el 22% del paquete accionario de ambas empresas pero nunca participó en sus operaciones. En agosto pasado, la Corte de Mendoza condenó a su hermano a pagarle 12 millones de dólares por considerar “dispar” el reparto de la herencia familiar.
En ese sentido, la hermana mayor dice que las acciones de las constructoras son asimétricas dede el comienzo: “La Agrícola no fue asimétrica Se la entregaron a mi hermano con una rentabilidad muy alta cuando las otras empresas estaban endeudadas”, indicó al mismo medio.