La empresa japonesa redujo su producción de la pickup Frontier y sigue adelante con los despidos, al igual que Chevrolet y Toyota.
La empresa automotriz Nissan atraviesa una crisis de producción de pickups en su planta de Santa Isabel, en Córdoba. En medio de la suspensión de más de 200 trabajadores, la compañía analiza cerrar la fábrica que hace el modelo Frontier a fin de año para luego comenzar a importarlo desde México.
Una de las principales proveedoras de Nissan, Maxion Montich, pidió el procedimiento preventivo de crisis. Es que la mitad de sus 900 empleados esán abocados a Nissan: se encargan de proveer los chases de Frontier.
Desde 2024, Nissan aplica un programa de retiros voluntarios y jubilaciones anticipadas. Ya son 250 los trabajadores suspendidos. La planta en 2023 produjo 180 unidades diarias de Alaskan, la línea de Renault, y en 2024, la mitad.
“Tienen una capacidad instalada para producir 80.000 unidades y actualmente están trabajando como para producir 14.000”, dijo el secretario general del Sindicato de Mecánicos y Afines del Transporte Automotor (Smata) sede Córdoba, Maximiliano Ponce.
“La producción de la fábrica japonesa disminuyó notablemente en cuestión de meses. Si no cambia, esto equivale a tener la mitad del año suspendido”, agregó.
La industria automotriz atraviesa un momento complejo. La semana pasada tanto Toyota como Chevrolet demostraron que las cuentas no les están cerrando y, por los recortes de su producción, dejó sin trabajo a más de 500 empleos.
GM Argentina, la planta donde se produce la Chevrolet Tracker, ofreció retiros voluntarios en su fábrica de Santa Fe, mientras que Toyota, en su planta de Zárate, llevó a cabo una serie de despidos sin causa.