“No serán un costo para ustedes, serán un costo para otro país”, había prometido en septiembre de 2024. Qué explican los especialistas.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció la imposición de aranceles generalizados a los productos importados a China, México y Canadá, que son los tres mayores socios comerciales del país. Se trata de una promesa de campaña que, sin embargo, terminan afectando a los estadounidenses.
“Los aranceles no serán un costo para ustedes. Serán un costo para otro país”, dijo el mandatario norteamericano en septiembre de 2024. Algunos meses más tarde, ya con las normativas establecidas, especialistas marcan todo lo contrario.
Según se explica en el sitio Chequeado, los aranceles no son impuestos que pagan otros países. Los pagan los importadores y suelen trasladarse a los precios de los consumidores.
El Servicio de Investigación Congresional de los Estados Unidos indica que un arancel es “un impuesto aplicado a los bienes y servicios importados” que debe “ser pagado por la empresa importadora al gobierno de su país de origen”.
A su vez, Howard Gleckman, el especialista de la organización no partidista Tax Policy Center, dijo que “el importador es quien abona el impuesto en el servicio de aduanas” del país que impuso el arancel.
“Si EE. UU. impone un arancel a los televisores chinos, el impuesto es pagado en la frontera al Servicio de Aduanas y Protección Fronteriza de EE.UU. (CBP) por un intermediario que representa a un importador estadounidense, como puede ser Costco”, había dicho en 2018 Gleckman.
Tax Foundation explicó que, si bien los aranceles pueden representar una carga económica para los exportadores extranjeros, “los costos suelen recaer en los consumidores del país que los impone”. Esto se debe a que, “al incrementar artificialmente el precio de las importaciones” hace que “aumenten directamente el costo de las ventas internas”.