Mientras los principales funcionarios del ejecutivo celebraban el número que arrojó la balanza energética, el segundo de Adorni mezcló los tantos y destacó un término poco libertario: la soberanía.
Desde el gobierno libertario -con el secretario Eduardo Rodríguez Chirilo a la cabeza- salieron a publicitar que Argentina volvió al superávit comercial energético y destacaron que en estos seis meses las exportaciones crecieron un 26,8% y las importaciones cayeron un 55,1%.
El dato que omite el secretario de energía es que estos datos no se deben a la gestión actual sino al gobierno anterior que aceleró la producción de Vaca Muerta y construyó el Gasoducto Presidente Néstor Kirchner. Por un lado, la generación de 11 millones de metros cúbicos de gas reduce la cantidad de importaciones y abarata los costos, mientras que por el otro la mayor exportación suma divisas en positivo.
En medio de la celebración, el subsecretario de prensa Javier Lanari compartió la publicación de Chirilo pero agregó una palabra que hace ruido ante el modelo económico que pretende aplicar el gobierno Nacional de Javier Milei y la expresó como una “gran noticia”: “la Argentina recuperó la soberanía energética, pasamos de importar barcos con sobreprecio a exportar en grandes cantidades”.
Lo cierto es que la palabra soberanía no coincide con la intención de Milei de ser el topo que destruya al Estado desde adentro y es sumamente contradictorio con el pleno exportador o con la desregulación del mercado, sino que tiene una connotación mucho más ligada a un estado que interviene en la economía.
Tan es así que el propio Secretario de Energía había advertido en el tuit original que van “por el camino correcto, dejando atrás el agotado modelo de autoabastecimiento y enfocándonos en las exportaciones”, prácticamente lo opuesto a lo planteado por Lanari en su posteo soberano.