El Presidente no saludó a su jefe de gabiente. La celebración de la fecha patria cerró con un “Viva la libertad, carajo”.
Milei llegó a Córdoba junto con su hermana y funcionaria Karina, en el Learjet 60SE Tango 011, de la flota presidencial; mientras que Victoria Villarruel, el gabinete, el Estado Mayor y los invitados nacionales lo hicieron en un Fokker F28. También fueron desplegados en Córdoba los helicópteros de Casa Militar y de la Policía Federal. Llaryora lo esperó en el helipuerto del Centro Cívico, desde donde partió hasta el Cabildo, a menos de un kilómetro.
La visita estuvo signada por un impresionante operativo policial desplegado por Llaryora, previendo protestas contra Milei, que en efecto se desataron no bien aterrizó, con represión a una marcha de ATE en la autopista que viene del aeropuerto y otras escaramuzas en la ciudad. Toda la visita dejó el gobernador en un lugar políticamente incómodo.
Sin dudas fue un acto partidario. Lejos de cualquier institucionalidad, gritó para cerrar su discurso su sello de guerra: “¡viva la libertad, carajo”.
En rigor no logró ni la mitad de plaza San Martín ubicada en el centro de la Ciudad de Córdoba. El cálculo oficial de la Policía de Córdoba marcó la concurrencia en seis mil personas, pero con imágenes captadas desde edificios aledaños pueden establecerse que el número real estuvo más cerca de las cinco mil.
Pero la secta política estuvo atenta a la presencia de Nicolas Posse. El funcionario encabeza la nómina de ministros a ser eyectados de su cargo. Según Milei la oxigenación del gabinete se concretará una vez definido el destino de la Ley Bases. Finalmente Posse asistió al acto del 25 de Mayo,pero lo sentaron en tercera fila y no fue saludado por el Presidente de la Nación.