Con el ingreso de Carolina Píparo y una ola de designaciones externas en áreas clave, los empleados temen un vaciamiento técnico. En los pasillos ya se habla de una privatización encubierta.
El presidente del Banco Nación, Daniel Tillard, avanza con una reconfiguración profunda de la cúpula directiva y de la estructura de mandos medios de la entidad. Los movimientos, que comenzaron con reemplazos en el Directorio y se extendieron a áreas sensibles del banco, encendieron las alarmas entre los empleados de carrera, que denuncian una “colonización política” de los cargos de alta jerarquía.
En el Directorio se oficializó el ingreso de Carolina Píparo, mientras que tres miembros dejaron sus cargos: Carlos Balter, Nicolás Carvajal y Solana Pelayo, la ex Brochou Funes de Rioja. El recambio, que responde a una decisión directa de Tillard, consolida la presencia de figuras alineadas con la nueva conducción política del Gobierno.
El movimiento no se detiene en el Directorio. En la línea de carrera, el Banco Nación incorporó a Marisa Ures, ex HSBC y especialista en prevención de fraudes. Ures fue designada en un área técnica clave y, según fuentes internas, es una de las candidatas para ocupar una Subgerencia General, impulsada por su cercanía con el PRO y su vínculo con María Eugenia Vidal y Carolina Stanley.
La llegada de Ures se suma a la de Mario Zagaglia, ex Bancor, quien asumió como nuevo Subgerente General de Banca Personas. Zagaglia se incorpora a una lista cada vez más extensa de funcionarios externos seleccionados por el área de Recursos Humanos del banco, con argumentos que los gremios interpretan como “estrictamente políticos” y orientados a un eventual proceso de privatización encubierta.
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Los cargos sensibles
El desembarco de profesionales ajenos al sistema interno del Nación ya alcanzó a áreas estratégicas como las Subgerencias Generales de Integridad y Cumplimiento, Contaduría General y Tecnología, todas ocupadas por designaciones externas.
A esto se suma un cambio de alto impacto: la Gerencia de Medios de Pago, un área considerada neurálgica por su rol en la operatoria con comercios y tarjetas, pasó a manos de Marco Locatelli, ex Tarjeta Naranja. Locatelli reemplazó al polémico Hernán Portillo, quien fue desplazado hacia Nación Servicios como nuevo Gerente General.
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Clima interno y lectura política
Dentro del banco, el diagnóstico es amargo. “Los profesionales de carrera ven diezmadas sus posibilidades de desarrollo”, explicaron fuentes gremiales, que señalan un vaciamiento de las estructuras técnicas tradicionales. El avance de figuras vinculadas al sector privado y con conexiones políticas genera inquietud sobre el futuro del Nación en el esquema financiero del Gobierno.
Para Tillard, sin embargo, el rediseño busca modernizar la estructura y “mejorar la eficiencia del management”. Pero en los pasillos del banco la lectura es otra: detrás del discurso de eficiencia, asoma el viejo sueño de achicar el banco público más grande del país.







