En pleno 1997, la política vivía su etapa de mayor farandulización. En ese contexto, Daniel Scioli protagonizó una de las escenas más surrealistas de la década, cuando navegó por tierra. Durante el llamado “Raid de los Glaciares”, el entonces motonauta y diputado decidió que la falta de caudal en el río no detendría su marcha.
Para continuar la competencia, hizo montar su lancha, “La Gran Argentina”, sobre trailers y patines especiales para recorrer un tramo de la Ruta 40 impulsado por motores fuera de borda. La maniobra no fue solo una excentricidad deportiva, sino un despliegue de recursos estatales puesto al servicio de un show personal.
Para que la embarcación pudiera deslizarse sin problemas por el asfalto santacruceño, se utilizaron máquinas de Vialidad Provincial para alisar banquinas y sectores del camino. Además, se cortó el tránsito de una ruta nacional durante horas, desviando a los automovilistas y vecinos para que la figura del momento pudiera completar su travesía mediática.
El anfitrión y garante logístico de aquel evento fue ni más ni menos que Néstor Kirchner. El entonces gobernador de Santa Cruz puso la estructura provincial a disposición del espectáculo, cimentando allí una relación que años más tarde llevaría a Scioli a la vicepresidencia.







