Las principales figuras brindaron declaraciones proselitistas tras el sufragio. La excepción que hizo a la regla.
El desfile de candidatos dejó una postal curiosa: todos hablaron de más. Uno tras otro, saliendo del cuarto oscuro, rompieron la veda electoral con declaraciones que iban del “hay que defender la libertad” al “votemos con esperanza”.
Bullrich habló de “un cambio irreversible”. Kicillof pidió “cuidar lo conseguido”. Santilli, en tono zen, dijo que “la gente está eligiendo futuro”. Lousteau habló de “responsabilidad institucional”. Todos, en clave campaña, pero con la urna todavía abierta.
La única excepción fue Mariano Recalde. Votó, saludó, y se fue sin decir una palabra. Tal vez el único que leyó el Código Electoral antes del desayuno.








