El asesor presidencial recuperó mas terreno en el armado político del Gobierno, gracias al respaldo de Washington
Santiago Caputo volvió a tener margen de maniobra en las decisiones que se toman dentro de Casa Rosada. Con una Karina Milei más relegada, el asesor presidencial busca asumir la Jefatura de Gabinete y reordenar el poder interno tras el desgaste que atraviesa el experimento libertario.
El enfrentamiento entre Caputo y “el Jefe” se volvió abierto en los últimos meses. Karina había logrado imponerse en el reparto de poder y controlar buena parte de la estructura política y comunicacional del Gobierno. Pero el esquema comenzó a mostrar fisuras. Esta falta de resultados abrieron espacio para que Caputo se reposicione, ahora con aliados propios.
El asesor tejió vínculos con los sectores más dialoguistas de la oposición: los radicales que responden a Rodrigo de Loredo, los peronistas republicanos de Miguel Pichetto, los macristas de Diego Santilli y Cristian Ritondo y los gobernadores del grupo Provincias Unidas. Todos, empujados por Barry Bennet, consultor vinculado a Donald Trump y cercano a Santi. El efecto de este armado podría verse luego de las elecciones legislativas.
Según trascendió, Bennet y Caputo mantuvieron en los últimos días una reunión con los gobernadores Nacho Torres (Chubut) y Alfredo Cornejo (Mendoza), donde también se habría mencionado a Maximiliano Pullaro (Santa Fe).
El primer objetivo de Caputo es desplazar a Guillermo Francos y Lisandro Catalán, hombres de Karina, y también al canciller Gerardo Werthein, quien en los últimos días recibió ataques de los trolls de Las Fuerzas del Cielo. “Francos y Werthein son amigos de los demócratas”, repiten en el entorno del Mago del Kremlin.