Mientras en Washington guardan silencio, crecen las especulaciones sobre el posible paquete financiero
En las últimas horas crecieron las versiones sobre el eventual desembolso del Tesoro estadounidense hacia la Argentina, una operación que podría incluir un swap de hasta 20 mil millones de dólares para aliviar el estrés por falta de reservas.
Entre los escenarios que circulan, el más verosímil apunta a un modelo similar a los “bonos Brady” de los años noventa. Se trata de un esquema que permitiría garantizar los cupones que vencen hasta 2027 y postergar pagos si no se utilizan los fondos, reduciendo el costo financiero argentino a cerca del 4%. La alternativa de que el Tesoro estadounidense compre bonos argentinos directamente, en cambio, se considera menos probable.
Otra versión indica que, se daría un repo de divisas, algo que contiene mayores exigencias que un DEG (Derechos Especiales de Giro), como un plazo y precio de recompra bien definidos. En el repo, el país deudor entrega activos —bonos del Tesoro de EE.UU., reservas o garantías futuras— y recibe dólares a corto plazo. Y cuando vence, devuelve dólares y recupera el colateral. Si incumple, se pueden ejecutar los activos empeñados.
Más allá de las estructuras financieras, del lado de las condiciones políticas las exigencias serían contundentes. La principal es avanzar, gane quien gane las elecciones, con una reforma laboral e impositiva profunda. Fuentes le indicaron a Mosca que al Tesoro no le preocupa tanto el resultado electoral de este año como la estabilidad política y económica hacia 2027, cuando Argentina podría convertirse en un “caso testigo” para la región.
Washington además reclama una alianza sólida de Milei con el PRO, bajo el argumento de que el Gobierno necesita mayor base política para sostener las reformas. También circulan versiones sobre un reacomodamiento interno, donde Karina Milei correría a un segundo plano y Santiago Caputo retomaría el control como principal operador político del presidente.
En el frente financiero, el Tesoro norteamericano impulsaría un giro estructural. El plan incluiría desmontar progresivamente el swap con China, eliminar las bandas cambiarias y establecer un esquema en el que el Banco Central compre dólares de forma diaria y preestablecida, sin importar el precio. Por ahora, el silencio oficial alimenta las especulaciones.