La élite empresarial ve al Jefe de Gabinete como el único interlocutor confiable en Casa Rosada para sortear el escándalo de corrupción y evitar un cimbronazo económico
La cúpula del poder económico empezó a poner sus ojos en Guillermo Francos para sortear la tormenta que amenaza la estabilidad del Gobierno. El Jefe de Gabinete es percibido como un interlocutor previsible y pragmático, capaz de calmar las aguas luego de la presión mediática que provocó el escándalo de las coimas que salpica a Karina Milei.
“Francos es el único confiable en el Gobierno”, se repite en los cónclaves empresariales que se diseminan por el país, desde Recoleta -sede de un masivo encuentro VIP- a El Calafate, donde el fin de semana se reunieron las mineras que gozan de beneficios extractivistas que no se concedían desde tiempos coloniales.
El principal impulsor de esta jugada es Eduardo Eurnekian. El influyente magnate de Corporación América, que ofició de mentor de Javier Milei en sus inicios, citó al Presidente a sus oficinas en Palermo, tal como en los viejos tiempos. Allí le exigió una ampliación de las atribuciones de Francos, con el argumento de que era la única forma de salvar el proyecto político.
Rápidamente, Milei dio señales en esta dirección. Durante la inauguración del nuevo edificio de la empresa, el líder libertario dijo que Francos era “el mejor jefe de Gabinete de la historia”, un calificativo que antes había utilizado solo para su propio gobierno y para Toto Caputo.