Un extenso recorrido por compañías importantes destruídas por el modelo económico libertario.
En el marco de la crisis económica nacional, durante el mes de junio se dio a conocer que varias empresas importantes no le encontraron la vuelta a la situación y demostraron su estrés financiero, con resultados realmente negativos para los trabajadores. Eso conllevó a despidos, cierres y paradas de plantas en distintos puntos del país. A continuación, los casos más resonantes.
La multinacional Kimberly-Clark cerró inesperadamente en junio su planta ubicada en el Parque Industrial de Pilar, despidiendo a 220 trabajadores. La decisión fue tomada para trasladar su actividad a su establecimiento en San Luis.
El sindicato de Papeleros dijo que la acción fue “una decisión arbitraria” y entonces dio inicio a medias de fuerza para revertir la situación. La planta se encargaba de producir toallitas húmedas y protectores diarios para marcas de consumo masivo como Huggies, Kleenex, Scott y Plenitud.
A su vez, en San Fernando, la empresa Georgalos, que es dueña de marcas como Mantecol, despidió trabajadores, suspendió el bono por productividad y no acató la conciliación obligatoria dictada por el Ministerio de Trabajo.
En las últimas horas, y después de varias semanas de paralización de operaciones por parte de los trabajadores que realizaron un corte parcial en reclamo por la reincorporación de cinco empleados, Georgalos expresó un comunicado en el que afirma que las protestas son “extorsivas ya que carecen de fundamento”.
A raíz de la baja de aranceles a la importación de indumentaria, telas e hilos, Vicunha, una de las empresas más importantes en la industria textil, ubicada en San Juan, suspendió a 500 trabajadores entre el 16 al 22 de junio debido a una acumulación de stock y caída en las ventas.
En la provincia, Vicunha, que forma parte de un grupo textil brasileño, representa un punto clave en su estrategia regional, debido a su volumen de producción, sino también por su rol en la generación de empleo.
Por otro lado, a menos de seis meses del traspaso del Cluster Norte de YPF a Petróleos Sudamericanos, los sindicatos denuncian una caída de la actividad, el retiro de empresas y más de 500 despidos.
En enero de este año, Menos e YPF avanzaron, en el marco del Plan Andes, en la transferencia del Cluster Norte a la empresa Petroleros Sudamericanos S.A. Se transfirió el 100% de la participación de YPF en seis áreas estratégicas: Barrancas, Vizcacheras, La Ventana, Mesa Verde, Ceferino y Río Tunuyán, que juntas representan cerca del 25% de la producción total de hidrocarburos de la provincia,.
En ese marco, el secretario general del Sindicato de Petróleo y Gas Privado, Gabriel Barroso, comunicó que no se invirtió ni aumentó la producción como se había prometido y se dio lugar a una serie de despidos masivos.
Además, en la provincia de La Rioja la crisis nacional no es ajena. Es que en junio también la empresa Olivos Argentinos de Bazán despidió a 21 trabajadores. La justificación de la compañía es que hay baja producción y recorte de cultivos.
“El despido es con causa y nosotros entendemos que el 247 que plantean no es así, deberían haber presentado un proceso preventivo de crisis y por eso planteamos que es un despido incausado y deben pagar la totalidad de la indemnización”, expresó el delegado regional de UATRE, Omar Muga, en diálogo con Rioja Virtual.
A su vez, la metalúrgica Futura, una de las más importantes del Parque Industrial Gualeguaychú, cerró su planta tras más de 50 años de trayectoria, de modo que dejó a 22 personas sin empleo. Desde la compañía alegaron falta de ventas y de competitividad con los mercado externos.
La empresa les ofreció a los empleados el retiro voluntario en dos opciones: con un pago del 50% de la indemnización o en cuatro cuotas iguales para saldar el 65% del resarcimiento.
Otros de los casos registrados en el último tiempo es el del Frigorífico Anselmo, en Tres Arroyos, despidió personal por el desplome en el consumo, la imposibilidad de exportar y el ingreso de carne importada. En total, fueron 26 los empleados que se quedaron sin trabajo.
De esta manera, Anselmo quedó con 80 trabajadores, mientras que a 200 kilómetros se encuentra Natural Beef, en Azul, un frigorífico que echó a alrededor 40 empleados y que se quedó con más de 800. El despido fue porque México, uno de sus principales destinos de exportación, cerró el grifo de las compras tras una inspección sanitaria.
Otro escenario complejo es el que se registró en Santa Fe, con Lácteos Verónica, que tiene plantas en Lehmann, Suardi y Totoras, y anunció que 438 puestos de trabajo estaban en riesgo debido a que no había producción ni ventas de productos de la marca.
A su vez, uno de los dueños de la empresa comunicó a los empleados que los sueldos se iban a pagar pero en cuotas. Además, para hacer más caótico este escenario, la firma enfrenta una pérdida de confianza generalizada, no tiene materia prima ni respaldo financiero;
En otro contexto desfavorable, la Petrolera Aconcagua Energía (PAESA) anunció que comenzará un proceso de reestructuración de una deuda financiera, después de la suspensión de la colocación de un bono intencionalidad por hasta 250 millones de dólares.
“La compañía impulsará un proceso integral de reestructuración de su deuda financiera, ante las condiciones desafiantes del mercado de capitales que han dificultado el acceso a fuentes de refinanciamiento en términos compatibles con la sostenibilidad del giro ordinario de sus actividades operativas”, dijo a la Comisión de Valores el director financiero de la petrolera, Javier Basso.
Por otro lado, la Citrícola San Miguel , una de las principales procesadoras de limón, que cuenta con cerca de un 15% de participación global, tuvo que gestionar fondos de algunos de sus socios, a través de una línea de crédito sindicada, para pagar la Obligación Negociable vencía.
La lista de default es amplia. Se suma a empresas como Los Grobo, Celulosa Argentina, GEMSA , Nissan, Scania y Molinos Ríos de la Plata.
Por último, Petroquímica Río Tercero comunicó al Ministerio de Trabajo de Córdoba que no podrá pagarles a sus trabajadores el sueldo de junio ni el medio aguinaldo, por lo que generó preocupación en los empleados y en los sindicatos del sector.
De esta manera, la delegación local del Sindicato del Personal de Industrias Químicas y Petroquímicas de Río Tercero está en estado de alerta y trabaja a reglamento, de acuerdo a la información que dejaron trascender.
