El presidente estadounidense presentó un proyecto sin precedentes que busca proteger el territorio norteamericano con satélites interceptores
Desde la Oficina Oval y con tono solemne, Donald Trump anunció la creación del “Domo de Oro”, un sistema de defensa antimisiles que apunta a blindar Estados Unidos desde el espacio. Inspirado en la Cúpula de Hierro de Israel, el plan contempla interceptores satelitales capaces de neutralizar amenazas como misiles balísticos intercontinentales (ICBM) o incluso ataques lanzados desde fuera del planeta. “Será la mayor revolución en defensa desde la Guerra Fría”, prometió el mandatario.
El proyecto, que demandará una inversión total de USD 175.000 millones, se financiará en etapas. La Casa Blanca ya incluyó un primer desembolso de USD 25.000 millones en un proyecto de ley fiscal que avanza en el Congreso. Aunque Trump confía en que el sistema estará “totalmente operativo antes del final de mi mandato en 2029”, el plan enfrenta escepticismo por su costo y complejidad técnica.
El corazón del Domo de Oro será una red de satélites equipados con sensores y armamento cinético para interceptar misiles en la llamada “fase de impulso”, es decir, apenas despegan. Esta capacidad permitiría neutralizar ataques desde potencias como Rusia, China, Corea del Norte o Irán antes de que se acerquen al continente americano.
Más allá del desafío técnico, el anuncio podría tensar el equilibrio global. Si se concreta, Estados Unidos sería el primer país en desplegar armas ofensivas en el espacio, un territorio regulado por tratados como el de 1967, que prohíbe armas nucleares pero deja un vacío legal sobre interceptores convencionales. Rusia y China ya han criticado iniciativas similares y podrían responder con desarrollos propios, avivando una carrera armamentista espacial.