La ex presidenta quiere ser excluida tanto de la Ciudad como en la Provincia. No quiere repetir los errores de 2015.
La presidenta del PJ Nacional, Cristina Kirchner, está atenta a todo lo que sucederá este semana en el Congreso de la Nación. No solo es importante lo que pase en la Argentina en general, sino también precisamente en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), por lo que mantuvo varias reuniones ante un escenario que puede hacer tambalear su poder en el peronismo.
En ese sentido, el lunes de la semana pasada la ex presidenta y titular del Senado dio con una serie de consultas a gobernadores y senadores para saber bien qué es lo que quieren todos los integrantes del partido. Sabe que no es lo mismo estar al mando de un país que de un espacio político.
“Cuando sos presidente, podés decidir algo por sí o por no. Cuando sos autoridad del partido tenés que considerar los intereses de todos”, reflexionó Cristina Kirchner del momento que atraviesa en lo personal con el peronismo.
Una de las reuniones que tuvo Cristina fue con José Mayans, quien tuvo que interrumpir su descanso en Ostende para hablar con la ex presidenta durante un largo rato. En ese sentido, la abogada hizo hincapié en esta diferencia de ser mandataria nacional y liderar un partido político, para no tener contradicciones que generen derrotas como en 2015.
Al PJ porteño le conviene desdoblar la elección local del debate sobre las candidaturas nacionales del partido para dar un paso al costado del cristianismo. También ocurre en la Provincia que busca sacar del medio a la ex presidenta. En Buenos Aires creen que es momento de enfrentar a Cristina.
Por ese sentido, Cristina dio la orden de que le aprueben el presupuesto al gobernador de Buenos Aires, Axel Kicillof. ¿Hay un final en la pelea con el mandatario provincial? En tanto, si Axel no se enfrenta políticamente, muere como figura.