Es asesor de la diputada de Unión por la Patria Fernanda Avila, que se ausentó del recinto. Responde directamente al gobernador Raul Jalil. Fue el encargado de negociar con Martín Menem la ausencia de la legisladora. Dato no menor es el hijo de Silvio Robles y tuvo una activa participación en la campaña electoral de Sergio Massa.
El triunfo de Javier Milei en relación al presupuesto universitario se explica no solo en el apoyo que le brindó el PRO sino también al rol que jugaron los gobernadores, principalmente los peronistas Raúl Jalil, de Catamarca, y Osvaldo Jaldo, de Tucumán.
En la votación, la ausencia más destacada fue la de la diputada catamarqueña Fernanda Ávila, integrante de Unión por la Patria. La legisladora, que responde a Jalil, no bajó al recinto, a pesar de que se encontraba en su despacho en el Congreso.
Se trata de un guiño del gobernador catamarqueño a Milei, cuya negociación se dio entre el presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem, y Matías Robles, asesor de la diputada y también cercano a Jalil.
La figura del asesor de 24 años tiene matices interesantes; es hijo de Silvio Robles, un operador de la Corte y mano derecha de Rosatti, vinculado a “Los huemeles”, el grupo de magistrados y empresarios que compartieron un viaje a la mansión del británico Joe Lewis en Lago Escondido.
Matías Robles tiene como origen el kulfismo. Durante las elecciones fue un ferviente militante de Unión por la Patria y laburó fuerte en la campaña para impulsar la candidatura de Sergio Massa. De hecho, comenzó como vocero de Ávila cuando ésta se convirtió en Secretaría de Minería del entonces ministro de Economía.
Las alianzas dentro del peronismo no parecen muy claras y desde la Libertad Avanza están aprovechando este factor para compensar su baja representatividad parlamentaria. Por ahora a Milei el veto le sigue funcionando como método.