En diálogo con Mosca, un gobernador cuyano advirtió que algunas zonas del país perderían la posibilidad de movilizarse
La iniciativa de Federico Sturzenegger de desregular el transporte de larga distancia provocó resistencia en los gobernadores. La propuesta elimina la obligatoriedad de ciertos destinos, deja sin efecto límites de velocidad, modifica las condiciones tarifarias y habilita el servicio de larga distancia a vehículos con capacidad mínima de ocho pasajeros.
“La idea de desregulación de los servicios de los ómnibus de larga distancia implica la muerte del servicio público, de un servicio público de larga distancia que existe en la Argentina” le expresó a Mosca el gobernador de una provincia cuyana.
Según este funcionario provincial, el servicio público brinda una “conectividad permanente”, es decir, “regularidad”. Además, agregó que “la obligatoriedad es una de las cuestiones del servicio público” y remarcó que cuando se implemente el decreto las empresas no tendrán la obligatoriedad de cumplir con ciertas rutas.
Las provincias temen que las empresas de transporte terminen basándose exclusivamente en la rentabilidad, provocando que los puntos del país con menor población pierdan movilidad. También prevén que los valores en épocas de baja demanda terminen siendo inaccesibles.
Desde el lado de las empresas de turismo, remarcaron que la medida podría tener algunas ventajas, aunque reconocieron que el servicio en ciertas partes del año podría ser inexistente. “Naturalmente es probable que sea una competencia más fuerte en destinos en el verano, en la costa atlántica. Posiblemente eso impacte en los precios y bajen un poco, pero seguramente también cuando termine la temporada y no hay pasajeros no haya empresas queriendo hacer esos servicios. Entonces, por un lado, puede ganar algún destino, pero por el otro lado hay muchísimos que pueden perder, porque si no son rentables, ya dejan de ser atractivos para las empresas actuales o para las que vengan en el futuro”, reconocen.