La confesión de Mansilla sobre Santi Caputo complicó aún más la situación. Se habla de negociaciones para ampliar los miembros de la Corte.
Manuel García-Mansilla, uno de los candidatos del Gobierno a vocal de la Corte Suprema, se complicó al admitir que el puesto se lo ofreció Santiago Caputo, quien es asesor de Javier Milei pero no ocupa ningún cargo formal dentro del Poder Ejecutivo. El juez además detalló ni siquiera conoce al presidente.
“El cargo me lo ofreció el señor Santiago Caputo en una reunión con el señor Sebastián Amerio. Yo no conozco al presidente de la Nación, no hablé nunca en mi vida ni por teléfono con él, y la persona que me ofreció el cargo fue Santiago Caputo en una reunión. No lo conocía tampoco, y en este proceso lo he visto dos veces. La última vez lo vi, hace unas dos semanas, en Casa Rosada, me preguntó cómo venía preparándome para esta audiencia pública, y la relación desde el momento en que me ofrecieron el cargo hasta ahora la he llevado con el doctor Sebastián Amerio”, dijo García Mansilla en el Senado en respuesta a la pregunta del legislador Oscar Parrilli.
Amerio es el secretario de Justicia de la Nación, en la cartera que lidera el ministro Mariano Cúneo Libarona. Antes trabajaba en la Corte Suprema y mantenía una relación cercana con Caputo, integrante del núcleo duro del Gobierno. Además, recientemente fue designado como representante del Poder Ejecutivo en el Consejo de la Magistratura.
En relación a la confesión de García-Mansilla, Martín Lousteau destacó que Santiago Caputo no solo que no es funcionario sino que además figura como monotributista. “A mí me gustaría señalarlo, que al cargo no se lo ofreció el Presidente sino un monotributista, que no tiene vinculación directa con el Gobierno, no es funcionario público”, remarcó el presidente de la UCR.
Hay una versión que indica que Cristina Kirchner habría ordenado que sus senadores hagan caer tanto el pliego de García-Mansilla como el de Mansilla, en respuesta al pacto entre Milei y Macri. La vicepresidenta dispuso que Anabel Fernández Sagasti se retire de la comisión para avanzar en este sentido.
Desde el Gobierno no estarían dispuestos a mantener a Lijo si se baja García-Mansilla. El deseo de ascender a este último al máximo tribunal es lo que justifica el costo político que pagaría el Gobierno por convertir a Lijo en juez de la Corte por su vinculación con el kirchnerismo. “los dos o ninguno”, sería el trato.