El Gobierno sostiene que esto generará un gasto importante para su gestión. Cómo fue la debacle del poder adquisitivo de estos grupos en los últimos años.
El Gobierno tuvo tres grandes derrotas en el Congreso la semana pasada. Una de ellas fue la reforma jubilatoria, que terminará con el veto presidencial, con el que marcará la tendencia de la gestión: para algunas cosas no hay plata. En ese sentido, lo que rechaza el Ejecutivo representa un aumento de $14.000 para las jubilaciones.
En medio de un contexto de ajuste, con una inflación que fue despiadada en los primeros meses de gestión, pero que en los siguientes se acomodó, aunque sin previsiones para que baje demasiado más, los jubilados no solo que iban a recibir migajas para su haberes sino que finalmente no lo cobrarán.
La debacle del poder adquisitivo de este grupo se vio acrecentado en los últimos años. Siguiendo números índices desde el tercer trimestres de cada año, empezando por 2017 durante el gobierno de Mauricio Macri a esta parte, la jubilación mínima, sin bonos, descendió de 100 a 58, en caso de tener ese incremento. De lo contrario, quedará en 57.
- 2017: 100
- 2018: 92
- 2019: 86
- 2020: 89
- 2021: 81
- 2022: 75
- 2023: 64
- 2024: 58 o 57
A su vez, si la jubilación se toma a dinero de hoy más bono en septiembre de cada año, la misma descendió de unos $440.000 en 2017 con Macri a 318.000 o 304.000 (dependiendo del veto) con Milei. Durante el gobierno de Alberto Fernández se estacionó en torno a los $370.000 aproximadamente, con una suba a $383.000 sobre el final de la gestión por los refuerzos para ganar la elección.
El ajuste de Macri sobre la fórmula de movilidad fue del 17% (entre 2017 y 2019), mientras que el de Alberto de 25%, que se vio compensado con los bonos. Milei fue el 18%, lo mismo que Macri pero más rápido. Si veta el aumento, es del 21%.