La Secretaria general de Presidencia, Karina Milei, agiganta su figura dentro del gobierno de su hermano, con decisiones claves en torno al mandatario, al armado de La Libertad Avanza e, incluso, en la política. En este terreno ganado, “El Jefe” sobrepasó en consideración al jefe de Gabinete, Nicolás Posse, mientras que el ministro de Economía, Luis “Toto” Caputo, atraviesa una crisis en su gestión.
Bajo este escenario, Karina afronta la pelea más importante del Gobierno: la Ley de Bases y el paquete fiscal. De hecho, tras la media sanción en Diputados, se reunió con la vicepresidenta y titular del Senado, Victoria Villarruel, para marcar los lineamientos de cara al debate en la Cámara alta.
Con una Karina Milei empoderada y un Santiago Caputo metido en las negociaciones de la Ley Ómnibus y en la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), manejada por el jefe de Gabinete, Posse y “Toto” Caputo tienen cada vez menos aprobación de parte de Javier Milei. El primero, de hecho, mantuvo una fuerte pelea con el Presidente semanas atrás.
Caputo, de ejemplo para Milei al posible reemplazo en Economía
Milei destacó la labor del ministro de Economía en reiteradas ocasiones. No obstante, los resultados en su gestión no son lo que el funcionario ni el Presidente esperaban. El dinero que necesita la Argentina no llega y el conflicto principal recae en que no consiguió los US$ 15 mil millones para levantar el cepo y conducir al país hacia un libre mercado.
A su vez, Caputo se mostró enfurecido luego que las empresas energéticas rechazaran la polémica propuesta de saldar la deuda con un bono a 14 años y una quita del 50%, propuesta que llegó después de postergar los pagos para lograr el superávit. Todo esto, hace que el ministro camine sobre una cuerda floja en el Gabinete.
Milei piensa en reemplazarlo en Economía. Si bien circuló el nombre de José Luis Espert, este no sería el momento, pese a que reconstruyeron su confianza. El Presidente busca encontrar un plan de estabilización que evite la depresión económica que podría avecinarse. Todo esto, mientras los bonos y acciones se derrumban y el riesgo país alcanzó su máximo de las últimas tres semanas.