Mientras la mayoría de las consultoras estimaban un resultado parejo, la medición de la Universidad Torcuato Di Tella predijo una recuperación considerable en la imagen del oficialismo
Previo a las elecciones legislativas, las encuestas de varias consultoras anticipaban un resultado ajustado, con La Libertad Avanza apenas algunos puntos arriba del peronismo. Sin embargo, el resultado final sorprendió hasta a los más optimistas de Casa Rosada. Los 40,7 % que obtuvo el oficialismo, una diferencia de casi diez puntos sobre Fuerza Patria, era algo que a priori no estaba en los papeles.
Detrás de ese desenlace había un indicador que pocos habían prestado atención. Se trata del Índice de Confianza en el Gobierno (ICG) que elabora la Universidad Torcuato Di Tella, un termómetro académico y sistemático que se publica todos los meses desde 2001. El ICG se construye a partir de 1.200 entrevistas presenciales en todo el país, con un margen de error de ±2,8 % y una escala que va de 0 (ninguna confianza) a 5 (mucha confianza).
En septiembre, el índice había saltado de 2,12 a 2,35 puntos, una mejora del 10,8 %, su mayor suba del año. Esa cifra, equivale a un nivel de aprobación del 40-45 %, casi idéntico al porcentaje que Milei obtendría en las urnas. En Di Tella lo interpretaron como una señal de “recuperación del crédito político”. En octubre el indicador retrocedió levemente a 2,28, pero ya había marcado el punto de inflexión.
En otros sondes, el oficialismo rondaba entre 33 % y 36 % hasta mediados de octubre. Opina Argentina proyectaba un empate en torno al 35 %, mientras Zubán Córdoba aseguraba que “57 % de los votantes creían que LLA perdería”.








