El referente local de la Libertad Avanza no contó con el apoyo libertario en el Consejo Deliberante
Hace un semana, el Concejo Deliberante de Hurlingham aprobó la disolución del Juzgado de Faltas municipal, que durante treinta años estuvo bajo la órbita de Rafael De Francesco, que hoy es el referente libertario en ese distrito. La decisión, impulsada por el intendente Damián Selci, se apoyó en una serie de reclamos vecinales que cuestionaban supuestos abusos en los cobros de multas.
El oficialismo peronista sostuvo que, además de las quejas ciudadanas, existían sospechas de manejos poco claros en relación a los ingresos que administraba el juzgado. Estas dudas terminaron de sellar el destino de un organismo que, con el paso de los años, había quedado identificado más con la figura personal de De Francesco que con la institucionalidad municipal.
La propuesta de Selci no encontró resistencia en el recinto. Incluso dentro de La Libertad Avanza, el bloque que en teoría debía defender al dirigente, se registró un marcado silencio. Esta situación reflejó tensiones previas entre los concejales, quienes se apartaron de De Francesco luego de acusarlo de actitudes cerradas y de favorecer a familiares en reparticiones locales.
Con la disolución de los juzgados de faltas, el municipio creará un organismo que apuntará a generar un sistema de cobro de multas “más transparente y accesible”.