El cerebro del Plan Nuclear libertario afirmó que la conducción de la política nuclear continúa en manos del estado.
Una de las noticias más resonantes de la semana tuvo que ver con que el Gobierno avanzó con la privatización de Nucleoeléctrica Argentina, la empresa que se encuentra cargo de la operación de las tres centrales nucleares del país: Atucha I, Atucha II y Embalse. A pesar de haber firmado el procedimiento en el Boletín Oficial, Demian Reidel desmintió que vaya a ocurrir.
En diálogo con Mosca, Reidel remarcó que no tiene intenciones de privatizar la compañía, tal como firmó en el Decreto 696/2025 Javier Milei y Luis Caputo; y previamente había anunciado Manuel Adorni.
La medida marcaba que el 5% del capital accionario sería repartido entre los trabajadores y que el Estado se quedaría con el 51% a través de la Secretaría de Energía y la Comisión Nacional de Energía Atómica. Por otro lado, el 44% restante iba a estar incluido en una licitación nacional e internacional.
Con esta decisión, el Gobierno buscaba promover la inversión privada en el sector para construir el primer reactor modular argentino, impulsar la minería de uranio y demás actividades.
Más allá de la negativa de Reidel, también confirmó a este medio que la idea es avanzar con la negociación con China por la cuarta central. Se trata de Atucha III, por la cual se había firmado un proyecto el gigante asiático durante la gestión anterior y que preveía una inversión de USD8.300 millones en ocho años. De acuerdo a lo establecido, los chinos iban a cubrir el 85% de los fondos.