Desde octubre, el flamante director del FMI para la región será el que controle que Caputo no se salga del libreto pactado con la Casa Blanca
El salvataje financiero que consiguió Javier Milei le dio aire político, pero también dejó varios compromisos con Estados Unidos. La pulseada por los dólares entró en zona roja cuando Toto Caputo se quedó sin munición para contener la corrida. Su frase “vamos a vender hasta el último dólar” cayó pésimo en Washington y aceleró una negociación que terminó involucrando al al Tesoro norteamericano.
De hecho, un informe de Brighthill Capital, la firma de José Barrionuevo, se mostró muy criticó con la gestión del Gobierno y habló directamente de un “pésimo desempeño monetario”. Su expectativa es que los cambios lleguen recién tras las elecciones, cuando el tablero político esté más definido.
Ese momento coincide con un recambio clave en el FMI, ya que el 27 de octubre asume Nigel Chalk al frente del Hemisferio Occidental, una persona directamente vinculada al Tesoro de EE.UU.
El FMI buscaría, a través de Chalk, monitorear las modificaciones pactadas al programa económico de Toto Caputo. Hasta esa fecha no va a ocurrir nada. Mientras tanto, existe un compromiso de Kristalina Georgieva, de acompañar hasta las elecciones.