El rechazo al veto presidencial en el Senado dejó expuesta la debilidad parlamentaria del Gobierno, que acumula derrotas en casi todas las votaciones de este año
El revés que sufrió Javier Milei en el Senado, donde la oposición logró dejar sin efecto su veto a la ley de emergencia en discapacidad, confirmó la fragilidad legislativa que mantiene el Gobierno. Si bien la Liberad Avanza ya contaba con una representación minoritaria, se las había arreglado para generar acuerdos y captar votos de otros bloques. Sin embargo, esta tendencia parece haber cambiado en los últimos meses.
Desde que Milei asumió, el Congreso votó 34 veces. Hasta marzo de 2025, el oficialismo había logrado imponerse en 14 de 17 ocasiones. Pero desde abril la dinámica cambió drásticamente: en 17 votaciones, perdió 16. Con la sesión de ayer, la cuenta se agravó: en lo que va del año, el Gobierno fue derrotado en 17 de las 18 votaciones que se realizaron.
Este cambio de paradigma se explica no por un cambio en la composición del Congreso, sino mas bien por una pérdida de capacidad política para articular acuerdos. De hecho, hace 22 años que un veto presidencial no era revertido por el Parlamento. El último había sido Eduardo Duhalde en 2003, cuando había intentado vetar una ley que reducía los aranceles a la importación del azúcar.
El alineamiento de la oposición complica la estrategia de Milei de veto permanente. Ahora, el líder libertario está obligado a repensar su estrategia en un terreno donde cada derrota le deja menos margen de maniobra.