El periodista español, cercano al núcleo libertario y con acceso privilegiado a la Casa Rosada, incomoda al vocero presidencial, que lo acusa de sobreactuar elogios y coquetear con su secretaria
En la Casa Rosada, el nombre de Javier Negre genera algunos suspiros de fastidio. El periodista español, instalado en la Argentina desde el año pasado para montarse al fenómeno Milei, logró abrirse paso hasta el corazón del oficialismo libertario, pero su estilo y cercanía con el poder no caen bien en todos lados. El principal incomodado es nada menos que el vocero presidencial, Manuel Adorni.
Quienes frecuentan la sala de conferencias de la Vocería aseguran que Adorni no soporta la forma en que Negre lo halaga en vivo, considerándolo una sobreactuación. El fastidio es aún mayor ya que sospecha que el español trata de insinuarse con su secretaria.
Pese a estas tensiones, el periodista contó con algunas concesiones del segundo de Adorni, Javier Lanari. Fue él quien le autorizó una recorrida privada por la Casa Rosada para un grupo selecto de empresarios interesados en invertir en La Derecha Diario, el medio que Negre copropietiza junto al director de Comunicación Digital, Juan Pablo Carreira, conocido como Juan Doe.
La influencia de Negre se nota en su capacidad de conseguir exclusivas. Días atrás, se adelantó a importantes medios para ingresar a Campo de Mayo y registrar la intimidad de la reunión entre la ministra de Seguridad de Donald Trump, Kristi Noem, y Patricia Bullrich.
Aunque siempre remarca su rechazo a la pauta oficial, La Derecha Diario recibe fondos de varias gobernaciones. Este doble estándar no parece importarle demasiado, siempre que le permita consolidar presencia y cercanía al círculo de poder.