Aseguran que se trata de una situación “inédita” en los más de 150 años de sistema escolar público y privado en la Argentina.
El ajuste del Gobierno de Javier Milei tiene entre sus consecuencias más duras el cierre de colegios privados. En lo que va de su gestión, ya son varias las instituciones que debieron frenar su funcionamiento, porque a los dueños no les rendía el negocio.
En los últimos días, la Escuela Álamos, que se encuentra en el barrio porteño de Almagro, decidió cerrar sus puertas en pleno ciclo lectivo. Lo polémico, además, fue la forma en la que lo comunicaron a las familias: a través de un mensaje de WhatsApp.
“Me avisan del colegio que mañana a las 12 hs ya cierran, los que deben retirar boletines o pases deben ir con tiempo”, expresaba el texto que envió la escuela que contaba con nivel primario, preescolar e inicial.
El ajuste en este colegio, al igual que ocurrió en tantos otros no solo por la situación socioeconómica, sino también por la baja tasa de natalidad, un factor silencioso que empujó hacia abajo la matrícula, se vio cuando en este año decidió continuar la cursada solo en primer grado, cuarto, quinto y séptimo, cuando en 2024 funcionaban todos los grados de primaria. En cuarto y quinto se unificaron los únicos ocho alumnos, algo que ya se había hecho en el jardín.
“Hay una situación socioeconómica compleja que hace que sea muy caro sostener una escuela privada, incluso con subvención. Por eso es que se están dando los cierres. La baja de natalidad también no ayuda. Hay cierres de escuelas, pero también hay casos de despidos, que derivan linealmente de lo que estamos viviendo”, dijeron desde la Unión de Trabajadores de la Educación (UTE) a Mosca.
Desde UTE no pudieron especificar un número exacto de las escuela que cerraron en este tiempo. Sin embargo, el caso de Almagro no es el único en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA). Es que antes de que comenzaran las clases se dio a conocer otras instituciones no iban a abrir sus puertas.
Se trató del Colegio San Ignacio, de Vicente López -en diciembre anunció su cierre en los niveles inicial, primaria y secundaria-; del Green Highland, de Flores; y del Jardín Juguemos de San Miguel, que llevaba casi 40 años en funcionamiento, entre otros.

A estos hay que sumarles otros casos de los últimos dos años como el Highlands College de Vicente López, que dejó un castillo abandonado, el colegio San Fernando y el histórico Coghlan College. Otro que comunicó su cierre en el final de 2024 fue el bilingüe Northville College, en Rincón de Milberg, Tigre. Entonces, la Dirección General de Cultura y Educación de la provincia de Buenos Aires informó que iban a vender el terreno.
La problemática no solo se vive en el AMBA. En febrero, antes del inicio del ciclo lectivo, en Salta se notificó el cierre del Colegio Domingo Savio, de mucha trayectoria en la ciudad, por lo que 250 alumnos que asistían allí debieron buscar una nueva institución para continuar su educación.
“El cierre de los colegios privados en la Argentina es algo inédito en los más de 150 años de sistema escolar público y privado en la Argentina. Es síntoma de una crisis inédita en medio de un discurso de desaliento a los adultos y a los chicos respecto a la escuela”, dijo Adriana Puiggrós, pedagoga, escritora y ex diputada, a Mosca.

“Esto hay que analizarlo en el marco del cierre de las Pymes. Gran parte de las escuelas privadas son pequeñas y medianas empresas, sin subsidio estatal, que cobran aranceles”, sumó.
Y agregó: “Cierres de escuelas públicas no hay prácticamente. Las provincias mantienen como pueden las escuelas públicas. El sistema escolar de la Provincia es uno de los más importantes de América Latina, el segundo después de San Pablo. Incluso, se han abierto escuelas, lo cual es sumamente alentador”.