Paolo Rocca y Héctor Magnetto, dos de los empresarios más fuertes de la Argentina, en plena guerra con el Presidente.
En la previa al arribo de Javier Milei a la Presidencia, el economista y su equipo contaba con el apoyo de los grandes empresarios del círculo rojo. Esa relación cercana con ellos se fue rompiendo con el paso del tiempo, a tal punto que en la actualidad no ocultan que no se llevan para nada bien.
La postura del círculo empresarial es clara: no agradaron las medidas que tomó el Gobierno contra la elite del mundo de las empresas. De esa forma, Milei recogió el guante y apuntó contra hombres fuertes como Paolo Rocca, de Techint, o también apuntó contra el Grupo Clarín, sobre el cual acusa que existe operaciones en su contra desde hace rato.
Casi sobre el cierre de febrero, Milei explicó que la pelea con Rocca comenzó con la desregulación del mercado de chatarra que se llevó a cabo durante su gestión.
“No se podía exportar chatarra. Pero la chatarra tiene un precio. Quedaba en el mercado doméstico y estaba muy barata. Claro, eso beneficiaba a una empresa y perjudicaba a todas las empresas que tenían la chatarra. La empresa que se perjudicó es una empresa muy grande y sacó a su ejército de econochantas a pedir devaluación y tratar de desestabilizar el programa económico“, explicó el mandatario nacional.
Como se liberó la exportación de estos pedazos de metal viejo o desechado, subieron los costos para la industria siderúrgica nacional. En ese sentido, en el Grupo Techint se encuentran Siderar y Tenaris. Todo esto se suma a los “ninguneos” que sintieron desde la UIA, manejada por Rocca.
A su vez, Milei decidió extremar su pelea con el Grupo Clarín, tras meses en los que aseguraba que había periodistas ensobrados. El Presidente atacó más de una vez a los medios con los que no se sentía representado y defendió a aquellos que le tendieron una soga para contar sobre sus ideas, antes de su gestión, como así también sobre sus medidas, cuando ya era Presidente.
Uno de los escándalos más grandes ocurrió hace muy poco, cuando Milei aseguró que iba a bloquear la compra de Telefónica por parte de Telecom, una decisión kirchnerista en tiempos libertarios, que incluyó un posteo en redes de Santi Caputo con el lema del mandato K “Clarín Miente”.
“Quieren quedarse con el 70% de las telecomunicaciones argentinas. Eso implica que tu celular, tu internet, tu teléfono, todo lo controlaría el mismo grupo económico, que por su posición dominante podría cobrarte cualquier precio porque no habría competencia. No vamos a dejar que eso suceda. No vamos a dejar que sigan robándole a los argentinos. Cuando Clarín nos ataca, sepan que la razón es esta. Quieren controlar las comunicaciones de todo el país”, publicó el economista en su cuenta de X.
En ese sentido, lanzó dados contra el líder de Clarín, Héctor Magnetto: “Presionan y operan a los gobiernos para obtener beneficios aún si es a costa de los argentinos. Una de esas ocasiones ocurrió durante el 2002 en la presidencia de Duhalde. La misma noche que asumió hubo una reunión en una casa en Banfield en la que estaban Magnetto, Duhalde, Remes Lenicov y otras personas”.
Y agregó: “Clarín estaba al borde de la quiebra en ese momento. En esa cena se acordó devaluar 300% (devaluar es empobrecer a los argentinos) y se arregló la aprobación de la Ley de Preservación de Bienes y Patrimonios Culturales. Con esa ley ningún banco (quienes como garantía habían prendado las acciones del Grupo) iba a poder ejecutar la deuda que Clarín tenía (3.000 millones de dólares) porque al ser bienes culturales no iban a poder ser ejecutables. De esa manera, Clarín consiguió, a costa de todos los argentinos, arreglar sus problemas financieros”.
En su entrevista del último domingo en LN+, Milei, como si fuera poco, repitió su cizaña contra el círculo rojo: “Yo creo es que hay mucho empresariado que habitualmente no estaba acostumbrado a competir con una economía profundamente inestable, donde el stock de capital era chiquito, y con un stock de capital chiquito tenían retornos enormes que le permitían llevar una vida holgada”.
