Este lugar generó mucha atracción en multimillonarios de Silicon Valley y empresarios, pero ahora provocó una crisis existencial en el país caribeño
Creada por el gestor de fondos de inversión venezolano Erick Brimen, Próspera es una ciudad de Honduras que se presenta como el experimento de autogobierno más ambicioso del mundo. Este lugar cuenta con tasas tributarias de un solo dígito, su propia normativa industrial e incluso un sistema judicial formado por jueces jubilados de Arizona que atienden los casos por internet.
Este paraíso fiscal ocupa 2,5 kilómetros cuadrados en la isla de Roatán y ha sido un imán para multimillonarios de Silicon Valley, empresarios y libertarios.
Sin embargo, este sueño provocó una crisis dentro del país caribeño y algunos partidarios a este sistema ahora se volvieron escépticos. Uno de ellos es Paul Romer, economista ganador del Nobel y dirigente del Banco Mundial, que considera que los promotores de Próspera “perdieron su rumbo”.
“Están viviendo de alguna manera en la fantasía libertaria que se arraigó al principio de este proyecto, que este será un lugar en el que podrán estar libres del gobierno. Eso no va a salir bien”, advirtió.
Un dato a tener en cuenta es que el presidente hondureño que promovió la legislación que permitió el desarrollo de Próspera, Juan Orlando Hernández, se encuentra preso en Estados Unidos por una condena por narcotráfico.
La implementación de Prospera fue judicializada luego por la justicia local, que dictaminó que la ley que lo sustentaba era inconstitucional.