La planta política de Junín de los Andes quiso autoadjudicarse un 80% de aumento salarial. El gobernador Rolando Figueroa presionó para bajar la propuesta
Junín de los Andes, el municipio cordillerano de Neuquén, se convirtió esta semana en el escenario de una polémica que dejó expuesto al oficialismo provincial y local. El Concejo Deliberante aprobó una ordenanza para subir 80% los sueldos de la planta política —incluido el intendente Luis Madueño y los concejales— en un contexto de ajuste fiscal y presión por priorizar obra pública.
La medida no tardó en explotar políticamente. El gobernador Rolando Figueroa salió a criticarla con dureza durante un acto oficial en la localidad. “Cuando a fin de mes nosotros sacamos 500 millones para ayudar a los municipios y pagar sueldos, que se aumenten en un 80% los sueldos de los políticos, la verdad que no corresponde”, sostuvo.
Tras la crítica de Figueroa, el aumento aprobado fue revertido. El propio intendente Madueño vetó la ordenanza y dejó sin efecto el incremento de haberes para la clase política municipal.
La decisión de Madueño de avanzar con un incremento en su dieta, la de los concejales y la planta política no sólo encendió la polémica en su ciudad. La medida impactó de lleno en el tablero neuquino y generó malestar en el corazón del oficialismo provincial que conduce Figueroa, donde la palabra que más se repite es “desencaje”.







