El gigante lácteo atraviesa una crisis operativa y financiera de hace meses. Sigue latente la posibilidad de trasladar sus activos.
Después de cuatro meses de paralizar la actividad, Lácteos Verónica, que atraviesa una crisis operativa y financiera, comienza a dar señales de cierta normalización. Tras un acuerdo con el gremio ATILRA y la cartera de Trabajo de Santa Fe, la compañía activó un plan de pagos de salarios adeudados con sus casi 700 operarios.
Si bien la idea es que la situación se normalice en la primera semana de octubre, la falta de insumos impide que su recuperación sea total. Por ese motivo, la producción en sus dos plantas, de Lehmann y Suardi, es para terceros, mientras que no puede reactivar la elaboración de lácteos en Clason.
En esa última planta, la elaboración de quesos, dulces y manteca no se está llevando a cabo por completo por falta de leche y de insumos, según informaron delegados a iProfesional. Así las cosas, los productos de la compañía no figuran en la mayoría de las góndolas y heladeras de los supermercados.
De acuerdo a los datos aportados por la plataforma de deudores del Banco Central (BCRA), Lácteos Verónica emitió casi 3.250 cheques sin fondos por un monto total superior a los $11.200 millones, lo que demuestra su situación crítica.
Mientras intentan normalizar la producción, la idea de que se traspasen los activos sigue sin definición final. La firma francesa Savencia había sido mencionada como una potencial interesada en la estructura productiva de la empresa. La misma ya controla marcas como Milkaut, Santa Rosa, Ilolay, Adler y Bavaria.
Se trata de una compañía que se encuentra en el tercer puesto de las lácteas que más procesa leche en el país, con un volumen total de 1.528.943 litros diarios.