El ex director del organismo para el hemisferio occidental profundizó acerca de la tensión que se da en la relación tipo de cambio-reservas
Alejandro Werner, ex director del FMI para el hemisferio occidental, dio su visión acerca de las conversaciones que mantiene el Gobierno con el FMI. Fue en un artículo publicado en el blog del Peterson Institute for International Economics (PIIE), donde el economista explicó que existen “tres caminos” para la evolución de las negociaciones.
En primer lugar, Werner indicó que la Argentina podría evitar la condicionalidad del tipo de cambio y de las tasas de interés impuesta por el FMI a partir de “un financiamiento costoso en el mercado internacional”. Esto haría que el Banco Central se arriesgue a tener reservas internacionales netas menores que las actuales para cubrir sus necesidades externas de 2025, con el fin de pospone un acuerdo global con el Fondo hasta después de las legislativas.
Una segunda alternativa, de poca probabilidad para Werner, sería que el FMI acepte los argumentos del Gobierno que cuestionan la sobrevaloración de la moneda y decida acordar un nuevo programa “con importantes recursos financieros iniciales y cambios en las políticas cambiarias y monetarias actuales”. “El optimismo argentino respecto de su influencia en estas negociaciones y, por tanto, la posibilidad de que este escenario se materialice ha mejorado desde la elección de Donald Trump”, sostuvo el doctor en Economía.
Por último, Werner planteó lo que para él sería el camino “más probable”. Éste consistiría en un acuerdo “en fases”, que contemple dos programas y le permita al Gobierno llegar a las elecciones de medio término sin una devaluación. “El FMI podría proporcionar apoyo a corto plazo para cubrir los vencimientos de la Argentina con el organismo en 2025 mediante un acuerdo stand-by de un año, que también permitiría a otras instituciones financieras internacionales refinanciar la deuda de la Argentina. Tras las elecciones, seguirá un programa más sólido, muy probablemente un acuerdo de facilidades extendidas”, concluyó el economista.