La Secretaría de Energía dio a conocer una serie de medidas para garantizar el abastecimiento en ese punto de la Argentina. Hay sospechas de negociados.
La Secretaría de Energía celebró el abastecimiento de gas para el Norte Grande con importación, mientras que no avanza con las obras de reversión del Gasoducto Norte. Además de que implica un mayor gasto para el país, hay sospechas de negociados por estar de ambos lados del mostrador en un acuerdo con Petrobras.
“Como parte de la normalización del sector energético, tomamos las medidas necesarias para garantizar el abastecimiento de gas en el Norte Grande”, expresaron desde el área que se encuentra dentro del Ministerio de Economía.
Así detallaron que se extendió la importación de Bolivia, se acordó la importación de Chile, se compraron 29 buques de GNL, se firmó un acuerdo con Petrobras y se sumó abastecimiento local.
Se trata de medidas del Gobierno que buscan evitar la escasez de gas por la demora en la finalización de la Reversión del Gasoducto Norte, que es clave para trasladar el recurso desde Vaca Muerta hacia el norte del país. El proyecto estaba listo, incluso con financiamiento y el gobierno tardó en su accionar.
La obra, de mucha importancia para el anterior gobierno kirchnerista, estaba prevista para ser finalizada en mayo de este año. Enarsa indicó que el proyecto estará en operaciones el 15 de septiembre.
Sospechas de negociados con Petrobras
En mayo de este año, con la primera ola de frío que dejó al sistema energético al borde del colapso, Enarsa le compró un cargamento de 44 millones de M3 de GNL en forma directa, sin licitación pública a Petrobras, luego que Energas cortara el suministro de contratos interrumpibles a estaciones de servicio e industrias para priorizar el consumo de hogares y comercios.
La compra se realizó por U$S13 millón de BTU cuando el gas de Vaca Muerta se comercializa en U$S 4 millón de BTU. Las sospechas de negociados se dan a raíz de que el vicepresidente de Enarsa, el chileno Rigoberto Mejía Avena, fue director de la petrolera brasileña. En 2019, a su vez, algunos diputados denunciaron a algunas de sus autoridades por la venta a precio vil de las centrales termoeléctricas.