Lleva treinta años militando en el movimiento LGBTQ+. Desde el socialismo, impulsó leyes como el Matrimonio Igualitario y la Ley de Identidad de Género. Integra Hacemos Coalición Federal, espacio que reúne a funcionarios de los más diversos “palos” ideológicos, representado por Juan Schiaretti en las presidenciales. Paulón muestra una mirada crítica contra el Gobierno, en donde detecta “síntomas de agotamiento”
Esteban Paulón, diputado por Santa Fe del Partido Socialista, del bloque Hacemos Coalición Federal, tiene tres décadas dentro del movimiento LGBTQ+, donde luchó por el Matrimonio Igualitario y la Ley de Identidad de Género. Sin embargo, su mirada no se limita solo a esos temas, sino que además plantea, por ejemplo, discusiones acerca de los acontecimientos que provocaron la llegada de Javier Milei.
En una entrevista con Mosca, nos comparte su panorama sobre la gestión del Gobierno, la figura de Milei y el rol que cumple la centro izquierda en la convivencia política actual.
S – ¿En qué etapa pensás que está el Gobierno?
EP + De alguna manera la vida útil de este programa financiero se va agotando. Todos los datos económicos; suba del riesgo país, baja de bonos, baja de acciones, la actividad económica que no responde salvo el agro, pero por contraste fundamentalmente con lo que fue un año pasado de sequía profunda. Creo que el programa empieza a mostrar síntomas de agotamiento, algo que se empieza a trasladar también en la gente.
Es cierto que hay una mayoría de la sociedad que obviamente votó a Javier Milei porque sintió que la cosa como venía no iba más, que necesitaba un cambio. Yendo para atrás, la sociedad argentina votó a Macri cuando se sintió agotada del gobierno kirchnerista y de Cristina. Un poco en la campaña, Macri había prometido que lo que estaba bien lo iba a mantener y que lo que estaba mal lo iba a hacer bien. Entonces hubo como una pulsión social de cambio moderado entendiendo que la cosa no estaba tan mal pero que quizá emprolijando algunos temas nos podíamos encaminar definitivamente al desarrollo. Esa experiencia terminó muy mal. Terminó con una corrida cambiaria, una crisis económica, aumento del desempleo, se disparó la inflación en los últimos meses. Los últimos ocho o nueve meses de Macri fueron muy malos al punto de que él fue el primer presidente en la democracia que no fue reelecto. Es decir, que se presentó a la elección y no fue reelecto.
Después de eso, la sociedad miró para atrás y dijo “bueno tal vez Cristina no era tan mala, ahora viene de la mano de Alberto. Por ahí él la modera y entonces lo bueno de Cristina puede volver y con Alberto logramos el objetivo que no logramos con Macri que era esa política, pero más prolija y un poco más virtuosa”. Y la experiencia de Alberto termina mal también. Termina peor incluso que la de Macri. Eso hizo que la sociedad vote algo tan distintos como Milei.
Entonces obviamente el voto a Milei fue con un espíritu de cambio muy grande. Milei vino a plantear una propuesta totalmente disruptiva para lo que era la política. Pero claro, una cosa es la campaña y después otra cosa es gobernar y Milei llega al gobierno y se termina rodeando de mucha de la gente que fue parte de fracasos anteriores. De alguna manera el plan de Caputo es muy parecido al que llevó adelante con Macri, solo que la mecha está cada vez más corta. En estos primeros seis meses del año se agotó lo que tal vez a Macri le llevó dos años.
Hay que reconocer que Milei ha sido hábil en ocupar el centro político, que eso de alguna manera le permite mantener toda la iniciativa también económica e ir generando hechos. Por ejemplo, el Senado le estaba por voltear el DNU y empezó a tener algunos problemas internos en el gobierno. Yo me acuerdo que había como una sensación de que se le torcía todo un poco, pero encontró en la convocatoria al Pacto de Mayo aire político. Nosotros (Hacemos Coalición Federal) en ese momento habíamos estado en contra, se había caído la Ley Bases. Sin embargo, logró encontrar fuerza y aire para volver a intentar con la Ley Base y el Paquete Fiscal. El Senado le dio tres semanas, volteó el DNU pero en Diputados logró frenarlo. Logró que no se tratara, entonces de alguna manera pudo ganar tiempo. Ahora convoca el Consejo de Mayo, pero ya los conejos que va sacando de la galera se le van terminando.
Yo entiendo que está entrando en un proceso de agotamiento económico y político. Las renuncias, esta metodología del maltrato. En política, el que piensa que llegó para quedarse para toda la vida se equivoca. Se tiene que gestionar y gobernar como si mañana se terminara y esta actitud patotera que tienen con todos los funcionarios, todos se van humillados, a todos lo echan por redes. Un tipo que no tiene ni cargo en el gobierno (Gordo Dan) que echa por las redes y amenaza. Todo eso te puede resultar un tiempito, pero todo el mundo anota y la rueda en un momento vuelve.
S – Uno de los principales motivos por los cuales se votó a Milei fue lo económico, pero ¿cuántas personas pensás que compraron el combo completo del presidente?
EP + Creo que como vos decís hay un tema económico que movilizó al electorado. Hay un tema ideológico, no por estar a favor o en contra del feminismo, del colectivo LGBT, sino que Milei fue muy inteligente en instalar que detrás de cada causa había un negocio, había un curro. Esto del curro de los Derechos Humanos que dijo Macri allá por 2017, Milei lo perfecciona y lo instala. Entonces, incluso cuando las noticias económicas no le van bien, rápidamente saca algún muerto del placar.
Y la verdad que hay que decir que la forma en que gestionó el kirchnerismo se pareció mucho a eso. No porque las causas no fueran nobles. Yo soy activista del colectivo LGBT, nunca fui kirchnerista. Desde mi lugar del socialismo laburé, fui presidente de la Federación LGBT, soy militante político. Conozco un montón de gente de buena voluntad y de buena leche dentro del kirchnerismo, en el peronismo, en el radicalismo, en la Coalición Cívica, con los cuales laburamos por las leyes. Nunca estuvimos buscando un cargo detrás de eso.
Si yo estaba buscando un negocio detrás de mi militancia en el colectivo LGBT, hubiera sido candidato en 2011 cuando era la oportunidad política de sacar el jugo a la visibilidad que tuve en su momento en la campaña del matrimonio y siendo en ese momento presidente de la Federación. Pero creo que Milei fue muy hábil en instalar eso, entonces hay una razón económica, hay una razón ideológica, pero que no va en contra de la causa, sino que va contra la utilización de la causa.
Si vos ves cualquier encuesta de opinión, hoy los niveles de apoyo a las leyes de matrimonio igualitario, aborto, identidad de género, derechos humanos, memoria de verdad y justicia, no está muy diferente de otro momento. Siguen siendo causas que mayoritariamente la sociedad apoya. Lo que pasa es que lo que no apoya la gente es el intento de capitalizar o adueñarse políticamente de eso.
Entonces sectores del radicalismo, sectores liberales, sectores de centros, sectores socialdemócratas como el mío, nos fuimos alejando de algunos lugares. Los más militantes no, pero hay gente más del entorno que no se siente cercana. Pero no porque no apoya la causa de los derechos humanos y no porque no le parece un horror que ahora cinco diputados visiten a Astiz.
Lo mismo creo con el colectivo LGTB. En noviembre con la marcha del orgullo va a haber un montón de gente del colectivo que no es kirchnerista, que no es socialista, gente de derecha, gente que lo votó a Milei.
Me parece que el combo completo de Milei lo compra un 25 o 30 por ciento de su electorado solamente.
S – ¿Para vos la noticia de las visitas de diputados libertarios a genocidas puede ser un antes y un después en el Gobierno? Por ejemplo, hasta Fantino, que lo banco desde un primer momento a Milei, salió a repudiar el hecho.
EP + Mira, siempre hay algún elemento o algún hecho que dispara algo. Yo no sé si es este. La causa de derecho humano por el uso partidista que ha hecho el kirchnerismo está cuestionada hace tiempo en Argentina, incluso de sectores que apoyan la causa.
Hay temas que, incluso en este contexto tan complejo, siguen siendo consensos de la democracia, y siguen siendo cuestiones valoradas mayoritariamente en la sociedad. Podés pensar lo que quieras, de montoneros, de la izquierda. ¿Pero ir a sacarte una foto con Astiz? No salió ni Villarruel a bancar. Hoy la mitad de los diputados que fueron están diciendo que fueron engañados, que nadie les había dicho a que iban, que les habían dicho que eran ex combatientes de Malvinas. Entonces, me parece que se pasaron un poquito de rosca. No sé si es un antes y un después, pero le marca una advertencia. Y cuando vos estás en la política, o estás en alza, sos de teflón, no te entra una. Cuando te entra una, te empieza a entrar agua por todos lados.
Lo de las universidades, fue fuerte. Fue un primer aviso. Hubo un llamado de atención que no le pegó en la imagen, pero el gobierno tuvo que recular, sentarse con los rectores, en el congreso se movió, sacamos un dictamen de las universidades. El sistema lo ordenó un poquito.
Esto es otro tema, porque también Fantino lo puede usar lo que quiera a Milei, pero viste, de ahí a bancar que los diputados vayan a ver a Astiz y encima lo reivindiquen… Entonces ahora va a empezar un operativo de despegue de propios y extraños. Y este gobierno ha demostrado también un nivel de crueldad enorme con propios y extraños. A los extraños no nos llama la atención porque, digamos, son crueles y mentirosos y violentos, pero con los propios son fatales, y lo que te digo, viste en la política, todo vuelve.
S – ¿Cómo ves la convivencia interna del Gobierno luego de las salidas que se dieron?
EP + Este es un gobierno aluvional, porque no es un proyecto político que se gestó, se preparó y llegó al gobierno. Es un líder carismático, con una propuesta adecuada, una buena comunicación y en sintonía con una percepción social en determinado momento. Luego hay que armar equipos.
Hay cosas que podrían salir mejor si hubiera gestión, pero no la hay. Ellos no creen en eso, Milei no cree en el Estado. Le importa poco si no tiene nombrado todos los funcionarios, porque total, el Estado no debería existir. Pero el Estado existe, funciona y requiere de gestión. Entonces empiezan a aparecer errores propios.
El liderazgo de Milei es tan fuerte que las decisiones se toman entre tres o cuatro personas, y el resto acata. Acá, o le haces el saludo militar a Milei, o te vas. Te corriste un centímetro, te vas. Si no te vas, te van a proteger. Si sos Pettovello, podés ser un desastre. ¿Por qué no manda la plata? Lo de ella es un desastre. La mina no puede ser que no sepa que firma. Metieron en el ministerio a toda la casta del conurbano bonaerense más corrupta y una ministra que no gestiona ni tiene idea en dónde está. Hoy salió una intimación de la cámara. O sea, cinco intimaciones para que reparta los alimentos. Te tendría que dar vergüenza tener guardados alimentos ya comprados, ya pagados, ya gastados. La justicia no te tiene que decir cinco veces que los repartas.
Todo se disimula, todo pasa, porque la verdad es que es todo mediocre. Adorni es mediocre, el de salud es mediocre, Pettovello es mediocre, la Mondino es mediocre. Entonces, es un gobierno muy mediocre. Lo que ellos encuentran como alternativa es el cambio cultural, la revolución cultural y eso lo sostienen desde las redes sociales, que no es la vida cotidiana.
Si yo tuviera que organizar mi vida de acuerdo a lo que vivo en las redes sociales, no salgo ni a la esquina. Y mi experiencia en la calle es totalmente diferente. Alguno se te acercan para decirte que no están de acuerdo con vos y que hay que apoyar al gobierno y yo, de buena manera, respondo. La enorme mayoría de la gente que se te acerca es para decirte: “che, qué bien, te vi el otro día, me parece bien, qué buena posición, felicitaciones”, o “che, me gusta lo que decís”, o “me gustaría saber ustedes qué harían, porque con criticar solamente no alcanza”.
Entonces, digo, ellos están muy en la nube de las redes sociales y se auto convencen todo el tiempo de que la vida real son las redes sociales. En la calle hay desánimo, hay tristeza, hay bajón. Si no lo perciben y no meten un par de cambios, un día… Porque aparte las redes sociales son ellos mismos haciéndose autobombo.
Salí a la calle un minuto y hablá con la gente que está laburando, que cerró el negocio, que no le alcanza a pagar los sueldos. Hablá con el obrero de la construcción que se quedó sin laburo, los de las automotrices que están suspendidos y te vas a dar cuenta que está pasando otra cosa en la calle. Entonces, me parece que ahí hay una falta de percepción de la realidad y una sobreestimación de lo que pasa en el ecosistema de las redes y del mundo virtual.
S – La ilusión de los votantes de Milei es muy grande y un mal desempeño podría ser muy duro para esa parte de la población ¿Qué lugar ocupa el Partido Socialista ante un posible fracaso de Milei?
EP + Como partido estamos ante una gran oportunidad, porque la propuesta de Milei es bien contrastante con la nuestra. Y nosotros somos una propuesta política bien diferente a la de Milei, pero no somos el kirchnerismo, no hemos gobernado este país.
O sea, donde hemos gobernado, nuestras experiencias más locales, Santa Fe, Rosario, en parte la labor que hacemos en el parlamento, mostramos otra forma de hacer política. Ninguno de nuestros referentes políticos tiene una sola causa por corrupción. Todos vivieron hasta el último día en la misma casa donde vivían antes. Nadie se enriqueció. Siguen saliendo a caminar por la calle un domingo a la mañana, a tomar mate al parque y no pasa nada. Somos personas que no nos subimos al cuento de la casta, del auto privado, de la custodia. No hemos gestionado a nivel nacional, no hemos gobernado a nivel nacional. Y entonces creo que eso nos da un diferencial positivo.
Tenemos una propuesta bien distinta a la de Milei; humana, capitalista, socialdemócrata, en algún modo desarrollista, honesta, que ha mostrado en su momento ser eficiente, que priorizó la salud, la educación. Obviamente somos un partido pequeño, no te voy a decir que eso alcanza para ser gobierno mañana, pero sí nos posiciona como una identidad política que tiene la enorme chance de ser parte de una alternativa a construir.
S – ¿Y donde ves a Hacemos Coalición Federal en ese contexto?
E + ¿Dónde nos vemos nosotros? Yo creo que el modelo de Javier Millet no tiene chance de ser exitoso y por tanto se va a producir esta desilusión que vos planteás y creo que lo que viene en Argentina no es volver con el péndulo del otro lado.
El péndulo va y viene, ahora está del lado de Milei. Cuando vuelva, si sigue de largo, rompe el vidrio. La sociedad estalla. Entonces nosotros tenemos que lograr que el péndulo quede en el medio. Hay que poner como un imán. Ese imán que es el centro, no es ni libertario ni kirchnerista, porque no es ni bueno ni malo. Es agua tibia.
Es un centro donde tenemos que convivir lo mejor de las tradiciones políticas democráticas de Argentina. Ahora, a ese centro nosotros queremos ponerle contenido y por eso apostamos a fortalecer nuestra identidad, estamos trabajando con equipos técnicos, convocando intelectuales, convocando sectores sociales, porque queremos tener algo que decir.
Nosotros somos un partido de la izquierda democrática, eso quiere decir que creemos en la democracia, que creemos en el capitalismo, que hay otra forma de capitalismo. Creemos en el modelo de desarrollo que han hecho países en los que gobierna la izquierda democrática como es Suecia, Noruega, Canadá, España o Chile mismo. En Chile la mayor parte del tiempo han gobernado opciones de izquierda democrática o de centro izquierda. Es posible, obviamente.
Argentina tiene muchos desafíos por delante, pero nosotros creemos que es posible. En ese contexto hemos elaborado una estrategia parlamentaria junto a otros partidos de confluir en un centro amplio en el Congreso, que no quiere decir que se traduzca en una propuesta electoral, pero en ese centro amplio del Congreso encontramos muchas coincidencias.
Me considero una persona de valores liberales. Yo creo en las libertades individuales, creo en la República, creo en las instituciones, creo que cada quien puede desarrollar su proyecto de vida. Creo que es una sociedad posible de construir.
Entonces entiendo que hay un centro en el cual también puede construir parte de la tradición liberal argentina. No neoliberal. Pero sí hay sectores de liberalismo en los cuales vamos a coincidir en ciertas cuestiones, después en otras no. Me parece que lo que viene en Argentina tiene que ser un proceso que reconstruya un poco eso.
Así que nosotros nos vemos aportando, fortaleciendo nuestra identidad y aportando nuestra mirada de la izquierda democrática, a ese centro de centralidad política que necesariamente se va a tener que construir con los sectores democráticos para superar la etapa de Milei.